Es la más ancestral de las culturas humanas, desde que existe el hombre existe el baile. Fue seguramente la primera forma de comunicación entre humanos, los historiadores consideran que el baile abstracto es anterior al lenguaje, es decir, comienza como forma de expresión corporal o de ritual. Se bailaba para ahuyentar a los malos espíritus, para provocar la lluvia, para fertilizar las cosechas, se bailaba antes de una batalla, una boda o un festejo. Una danza ritual es una serie de movimientos o bailes con fines religiosos, se convierten en tradiciones sagradas, el dios griego Dionisos ya los practicaba. La técnica comienza sobre el año 4000 a. C. gracias a la simetría y con la coreografía empieza a ser armonioso. No es hasta el siglo VI que el baile y la música se hicieron in-disociables.

Durante siglos las danzas han sido observadas como ritos artísticos que expresan emociones humanas mediante dramatizaciones tales como tragedia, muerte, vejez, nacimientos y celebraciones entre otros, y también como ritos de paso o apareamiento. En Australia los aborígenes bailan cuando la mujer llega a la pubertad y realizan ritos que acaban con un baile grupal festejando el nacimiento de la nueva mujer.

En el siglo XVII, la separación entre bailes de salón y bailes folclóricos se acentúa, el primero para los ricos y el segundo para los pobres. Aparece el ballet y, con él, los primeros profesionales del baile que lo llevan al escenario.

En seguida se desarrollan músicas autóctonas en todo el mundo, en España destaca el flamenco.

Con el siglo XX el baile popular llega a su punto álgido. La aparición del jazz, del Rythm and Blues del Rock'n Roll y del Soul revolucionan occidente, ya no todo el mundo baila en pareja y agarrao, nace la costumbre de bailar suelto, completada por la sesión de lentos.

Aparecen multitud de ritmos que se habían mantenido tan sólo en el ámbito local.

La música progresa exponencialmente y empieza la era de los sonidos y las fusiones en la que nos encontramos, la electrónica produce cambios de tendencias.

El baile crece y crece, tanto en público como en privado. Se produce la paradoja de que la tercera edad baila en cualquier sitio y a la primera de cambio, mientras los jóvenes parecen empanados, siempre hay excepciones.

La iglesia condenaba los bailes nocturnos porque daban lugar a excesos e intentaba prohibirlos. Nunca lo consiguió. En la actualidad, el baile está prohibido en público debido a la pandemia, pero nunca conseguirán que dejemos de bailar.