La historia

Un Bar-Coctelería

de otra época

En la primavera de 1970, Ramón Folguera se asocia con Jordi Tarradellas y reforma el bar Pierrot, abierto un par de años antes y ubicado en el número 3 de la calle Bellafila. Ramón, socio hasta entonces del bar El Paraigua, coloca una cabina de ascensor modernista en la puerta y decora el resto del local con el mismo estilo. Conocedor de la dinámica cultural que se respira en aquellos tiempos en Ciutat Vella, traslada su espíritu al nuevo bar. Así nace L'Ascensor.

Ramón Folguera no se entiende con el ínclito Tarradellas y abandona el proyecto. El local se traspasa con la mediación de un paradista de la Boqueria y pasa a manos del señor Morlanes. Este se asocia con Vicente y Corsino, uno gay y el otro todo lo contrario, que protagonizan una etapa con un ambiguo pero excepcional ambiente. La caída del régimen flota en el ambiente, y pasa a ser rápidamente un bar de culto. La muerte del dictador provoca numerosos disturbios en la plaza Sant Jaume y alrededores, el ambiente del bar decae. Vicente inicia un nuevo proyecto en Menorca y Morlanes entra en contacto con Ángel Juez, a quien traspasa el local, y lo dirige y gestiona durante más de cuarenta años, hasta la actualidad.

Ángel contagia su espíritu joven a L'Ascensor e introduce un nuevo ambiente con la música rock como protagonista principal. El hecho de ser pionero en el mundo de la noche y el cambio de concepto se traducen en un éxito inmediato. El bar lo peta a diario y el ambiente que hay en la calle es espectacular.

En el año 1982 se produce una crisis de seguridad en Ciutat Vella. Durante un tiempo, los clientes solo llegan en grupos, el bar se tranquiliza y abre una nueva etapa en la que la música de todos los estilos se hace protagonista. El ambiente se relaja. Sobre todo, los días de diario, pasa a ser un bar íntimo, aunque, rápidamente, los fines de semana, el lleno vuelve a ser absoluto. El acento lo marca la calidad del servicio.

Avanzados los años noventa, L'Ascensor se introduce en el mundo de los cócteles y los espirituosos. La evolución es constante hasta el día de hoy, y lo mismo podemos decir en relación con los nuevos sonidos musicales. Un bar vintage absolutamente modernizado.

Todo un clásico de Barcelona.